miércoles, septiembre 23, 2009

Pregón Fiesta del Cristo de Tuña 2009

Andrés Sampedro Nuño. Pte. De la Asociación de Amigos del Valle de Tuña

Dignísimas autoridades, Sr. Presidente de la Comisión de Festejos de las Fiestas de Tuña, Amigos todos:

Quiero agradecer en primer lugar las amables palabras de presentación que ha pronunciado el Presidente de la Comisión de Festejos de las Fiestas de Tuña, José Cigarría, sin duda más bien fruto de la amistad que de los propios méritos.

Sabéis de mi dedicación a pregonar los saberes médicos a los alumnos de las Facultades de Medicina y Odontología, pero nunca hubiera pensado tener el placer de ocupar la digna cátedra que ocupo en el día de hoy.

Cuando se aborda el pregón de un hecho vital, como lo es sin duda una fiesta, la revisión histórica es una de las variables más socorridas para su enfoque. Permítaseme por ello que, a modo de guión introductorio, comience dando dos pinceladas sobre Tuña y el Cristo.

El pasado año tuve la suerte de presenciar el pregón de las fiestas ofrecido por Antón García, escritor ilustre pero sobre todo vecino de pro que lleva Tuña allá por donde va, y que recuerdo nos dijo:

La del Cristo no fue siempre la fiesta mayor de Tuña. De hecho, nuestra patrona es la Virgen del Pedreu, que celebraba su festividad en agosto. Pero la última guerra civil impidió que se hiciese en su momento y pasado agosto, alguien pensó que era necesario hacer un poco de fiesta sin esperar un año entero y se comenzó a celebrar el Cristo en estas fechas.

Por otro lado, la próxima semana celebramos la festividad de otro Cristo, “El Cristo de Penas” o Cristo de Peñas. Sobre este Santo Patrón si encontré referencia escrita en el libro de D. Zoilo Méndez, Los siglos de Oro de Tuña, que nos dice:

El Santo Cristo de Peñas es la niña de los ojos de los vecinos de Tuña y de otros pueblos circunvecinos, siendo el santuario de su predilección. Esta capilla, fundada en 1694 por el Licenciado D. Alonso del Riego y Llano y por su mujer Dª. Leonor Flórez de Sierra, bisabuelos paternos del general Riego, albergaba según dice el fundador, la milagrosa y devota imagen del Santo Cristo de Bombeado.

Por cierto, en el capítulo I de dicho libro, dedicado a la topografía y estadística de Tuña, me encuentro con unos párrafos sorprendentes, muy pesimistas y que no estoy seguro que reflejen la realidad del momento o que puedan ser aplicables a la situación actual. Dice D. Zoilo:


Tuña es sin duda alguna el pueblo más bonito del Concejo de Tineo. Su terreno produce vino, trigo, patata, centeno, alubia, dos cosechas de maíz al año y muy variado y abundante forraje para el ganado vacuno, caballar, asnal, lanar, cabrío y de cerda que aquí se cría en abundancia. Produce así mismo bastante fruta: higos, peras, pavías, nueces, avellanas, manzanas, castañas, etc.

Parroquianos, ¿era ésta ciertamente la situación de Tuña hace menos de 80 años?. Podríamos hablar hoy de la misma producción agrícola y ganadera ?

Pero no se queda ahí D. Zoilo y dice a continuación:

Su historial es muy poco conocido y aún menos divulgado aquello que se conoce; pues las escasa noticias que de él se han escrito pasan desapercibidas entre el arsenal de recuerdos que se citan hablando del concejo de Tineo, quedando el pueblo de Tuña tan obscurecido que parece la cenicienta del concejo; contribuyendo a ello las calamitosas autoridades que ha padecido.

Parroquianos, ¿Podemos decir lo mismo hoy ?. A mi entender, creo que la situación ha cambiado, tanto por una mayor atención por parte de las autoridades locales, como por el logro de algunas infraestructuras; aunque si es cierto que seguimos arrastrando deficiencias en comunicaciones viales, como el lamentable estado de la carretera a Genestaza, las comunicaciones telemáticas, pues seguimos sin Internet en el Centro Social o el saneamiento, entre otras.

Cambia luego D. Zoilo el tono y a modo de suplica nos dice:

Tuña, rinconcito que tan gratos recuerdos sugiere, no puede continuar abandonado y debe de ser para tirios y troyanos un célebre y bien cuidado lugar de expansión y de recreo.

Vale D. Zoilo, no siga, estoy totalmente de acuerdo con Vd, me quedo con el mensaje y aquí me tiene dispuesto a trabajar por el desarrollo de ese “encantador rinconcito”.

Es probable que alguno se pregunte, ¿por qué yo que ni nací ni crecí en este pueblo me presento ahora como promotor de una Asociación dispuesta a trabajar por la puesta en valor del paisaje, la naturaleza y el patrimonio cultural del Valle de Tuña?

Os lo explico en dos frases: • Conocí Tuña gracias al vínculo de amistad que me une con algunas personas de Puentecastro, que tuvieron a bien invitarme a conocer y recorrer estos maravillosos parajes. Creo que fue todo un descubrimiento a la vez que un flechazo. • Este descubrimiento, unido al interés que desde hace años ha despertado en mi el mundo rural, han sido sin duda el detonante para poner en marcha esta iniciativa emprendedora.

Parroquianos, tenemos que creer en el futuro de nuestro Valle. ¡Nos lo tenemos que creer!. Tenemos que demostrar que además de ser acreedores a la consideración de Pueblo Ejemplar, vamos a ser ejemplares en conseguir un desarrollo social y económico de nuestro territorio.

Yo, si me lo creo y digo como Obama: Yes, we can. Si podemos.

Bien y me preguntaréis ahora, ¿Cómo podemos alcanzar ese necesario desarrollo sostenible de nuestro Valle, en un momento en el que parece que todo son nubarrones y malos augurios?

Parroquianos: • pienso en primer lugar en la originalidad de nuestro patrimonio natural y cultural, que es necesario no sólo mantener sino también seguir investigando.

• y cuento por supuesto para esta andadura con vuestro potencial participativo que ha de servir para que nos sintamos orgullosos de nuestro pasado y nos proyectemos en el futuro con una personalidad propia.

Y como justificación de esta firme creencia, permitidme parroquianos que mencione brevemente alguno de estos valores patrimoniales:

En primer lugar, nuestro PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO

Bien es verdad que la escasez de testimonios y el carácter aislado de todo contexto arqueológico, nos impiden conocer las principales características del poblamiento prehistórico en nuestro territorio. No obstante de la fase posterior al Neolítico, tenemos en Merillés una maravillosa representación de los enterramientos colectivos de aquella época.

De la época romana la actividad minera está ampliamente ejemplificada en nuestro territorio, donde nos encontramos grandes cortas de minería a cielo abierto como Las Carcabinas, La Cuesta’l Musqueiru, y la Fana de Xinistaza, entre otras. En esta época, y en consonancia con estas explotaciones surgen:

• lugares de hábitat, los castros, como los existentes en la Braña de Castru, sobre Puentecastro;

• algunas calzadas de gran importancia puesto que por ellas pasaba todo el oro explotado por los romanos en la zona, camino de Astorga,

• otros vestigios como la primitiva “Ponte de Carral” y en su entorno la reproducción de un Lar Vial que fue inaugurado por el Príncipe de Asturias en el año 2000.

Posteriormente, en la época medieval asistimos a un proceso de transformación de los lugares de hábitat, con la fijación de un nuevo poblamiento y de unos espacios de cultivo destinados a la producción del cereal que en gran medida estuvieron propiciados por los señores feudales a quienes les interesaba disponer de unos cultivos de los cuales obtenían beneficios a través del cobro de rentas. Asociada a esta economía del cereal, surge la construcción de los molinos como un elemento identificativo del paisaje medieval. Estos molinos en principio eran de propiedad feudal; pero a partir del siglo XVI, al lograr los pueblos cierta autonomía frente a la presión de los señores, facilitó la proliferación de gran número de ellos a lo largo de los arroyos. En este momento en la Asociación tenemos catalogados más de una docena de estos ingenios hidráulicos en el Valle y ya hemos recibido una primera ayuda para la restauración de uno de ellos, el Molín de Candileiru.

También en esta época y vinculado a la política del Monasterio de Corias, tiene lugar en Tuña la aparición y generalización del viñedo en una amplia zona inmediata al cultivo del cereal denominada La Viña, así como en otros lugares más alejados del pueblo. Pienso que en este momento, con la inclusión de esta parroquia en la Indicación Geográfica Protegida (IGP) del Vino de la Tierra de Cangas se nos ofrece una buena oportunidad de conseguir ayudas para este tipo de explotaciones y su comercialización.

En cuanto al PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO

Me parece innecesario enumerar en este momento la abundancia de ermitas santuarios, casas blasonadas, torres y palacios que tenemos en nuestro alrededor y que constituyen uno de los atractivos más importantes de esta localidad. En relación con todas estas construcciones nobiliarias podríamos situar ahora una larga lista de personas y familias ilustres: auditores, regidores, caballeros de órdenes militares, escritores, brillantes profesores, pero de todos ellos creo que sin duda el más emblemático para nuestro pueblo es el General Rafael del Riego, caudillo de la libertad y padre de la Constitución de 1812. Esperamos disponer algún día de una casa-museo en la que podamos recoger y enseñar a nuestros visitantes el legado histórico de estos personajes ilustres. Quiero hacer mención también a otros elementos complementarios de hábitat menos valorados habitualmente como valores arquitectónicos de nuestro Valle: me refiero a las brañas y cabañas (como Brañasín), así como la importante colección de hórreos, magistralmente recogida por J.M.Bouzas en su libro.

Otro valor importante es nuestro PATRIMONIO ETNOGRÁFICO.

Parroquianos, tenemos que mantener y poner en valor nuestras costumbres y tradiciones, nuestro pensar y sentir, en definitiva la manifestación de nuestro vivir popular.

• Escenas tradicionales de nuestro Valle han sido la siega, primero de la hierba y después de los cereales, así como, el cuidado de los animales, por cuanto la agricultura y ganadería han sido sin duda la base económica de nuestro territorio. • No quiero profundizar en detalles relativos a la trashumancia y el arraigo en nuestra comarca de los vaqueiros de alzada para no competir con la autorizada voz de Margarita Fernández Mier. Pero si quiero mencionar que toda esta economía ganadera daba lugar a ferias de las que Tuña ha sabido mantener la tradición con motivo de San Blas, que fue en otro tiempo una de las más importantes de nuestra Región.

Habitualmente, las Fiestas patronales y romerías se vinculan a la religiosidad en la forma de santos patrones y advocaciones protectoras. En Tuña La festividad del Corpus era, años atrás, la fiesta sacramental del pueblo pero por unos motivos u otros, se perdió por nada menos que 39 años, hasta que en 1999 la Asociación de Mujeres “Cuarto de la Riera” decidió recuperarla. Al empuje y entusiasmo de esta Asociación debemos también la celebración del Festival de la Lana, acontecimiento llamado a alcanzar carácter internacional y que ha celebrado ya su V edición.

Quiero finalmente hacer especial énfasis en el potencial actual de los RECURSOS FORESTALES

Es evidente que en los últimos decenios se han producido una serie de cambios en nuestro medio rural que han modificado de forma clara y directa el paisaje del Valle de Tuña. • Por un lado, hemos asistido a un éxodo de la población del Valle a las zonas urbanas, así como a cambios importantes en las formas de trabajar y vivir en nuestro territorio. • Por otra parte, vemos como se ha instalado entre la sociedad una necesidad imperiosa de lo natural, de tal forma que ahora todo es bio, eco, natural, sostenible… y si no lo es, poco menos que no existe.

Parroquianos, aquí en el Valle de Tuña, sí que podemos presumir de ser “bios”. Tenemos una impresionante riqueza forestal que debemos saber explotar para alcanzar un desarrollo económico sostenible de nuestro territorio. Y cuando hablo de riqueza forestal, no me estoy refiriendo exclusivamente a la explotación maderera, sino de explotar de forma sostenible y ordenada todos los recursos que nos ofrece el monte: leña, biomasa para la producción de energía, setas, miel, frutos, pastos para el ganado, refugio y alimento para la fauna… Y no sólo eso, también contamos con toda una serie de recursos intangibles que esta “nueva generación eco” de las ciudades quiere, demanda, necesita, y está dispuesta a pagar por tener. Me refiero al paisaje, al agua y al aire limpio, entre otras.

Es evidente que muchas de estas cosas nos las da el monte gratis, pero otras debemos gestionarlas adecuadamente, siendo para ello fundamental poner encima de la mesa dos valores importantes: ¡¡lo que tenemos y lo que sabemos!!

- Primero, ser conscientes de lo que tenemos, no me refiero a vuestras propiedades privadas sino a los Montes de Utilidad P - ública: el 323, Monte de los Quintos y Sierra de la Cabra, el 327, Monte Sierra de Merillés y el Monte Conveniado de Tuña. Estos montes, están gestionados por el Gobierno del Principado y debemos por tanto demandarles una gestión adecuada de estos recursos.

- Pero por otra parte, como sabemos, debemos implicarnos en esa gestión de forma activa, es decir, no solo pidiendo sino aportando. Sólo así, de una manera constructiva y participativa conseguiremos que realmente todo el potencial que tienen nuestros montes y nuestro Valle pase a ser una realidad. Parroquianos, Tuña se mueve, sobre todo culturalmente. En el marco de nuestro programa Tuña Sociocultural 2009 hemos realizado una serie de actividades que, por cantidad y calidad, nos sitúan a la altura de cualquier villa o lugar culturalmente desarrollado. Hemos abarcado muy distintas temáticas, desde el desarrollo rural por Jesús Arango, las relaciones familia-escuela, el dibujo, hemos montado un observatorio astronómico en La Azorera y tenemos programadas más actividades para los próximos meses.

Dos cosas para terminar:

- En primer lugar llamaros a la fiesta, a esa hermosa explosión de alegría y emotividad donde nos regalamos mutuamente una sana amistad, que generosamente compartimos con los demás.

- y finalmente expresaros un deseo: que este hermanamiento festero nos ayude a reflexionar en las razones del otro, del familiar, del vecino, del ciudadano; que juntos nos reconozcamos como hermanos y despreciemos cualquier atisbo de rencor y falta de cooperación.

Creedme, estos males destruyen la convivencia ciudadana y esterilizan las iniciativas de los espíritus más nobles, así como favorecen la mala salud corporal y síquica. Os lo digo como médico: la alegría y la fiesta facilitan el riego coronario y además de procurarnos mayor felicidad, nos evitan el temible infarto.

Muchas gracias por vuestra atención, y ahora, por favor, gritad conmigo:

¡Viva la Fiesta del Cristo!. ¡Viva Tuña!

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